Publicado: 14.10.2019 - 15:56 | Última actualización: 29.07.2021 - 17:47

Entrevista Eduardo Ballini

 
Eduardo Ballini
 
Eduardo Ballini fue chofer de Cutcsa durante 46 años y al jubilarse decidió dedicarse a trabajar para mejorar la calidad de vida de la gente. Es vecino del barrio Buceo y actual presidente del Concejo Vecinal 7. En la entrevista contó qué actividades se realizan para acercar el concejo a los vecinos y sus expectativas.

¿Cómo surge tu interés por ser concejal vecinal?

Siempre me interesaron los temas sociales y los problemas de la gente, una vez que me jubilé en el año 2016 me invitaron a participar de las elecciones y tuve el apoyo de los vecinos. En estos momentos ocupo la presidencia de la Mesa del Concejo Vecinal 7 que se renueva dos veces al año, eso es algo bueno porque le da participación a todos y nos permite ganar experiencia. Hay una particularidad: tanto titulares como suplentes vamos al plenario y tenemos los mismos derechos, somos todos vecinos. Me siento bien, tenemos compañeros nuevos y otros de mucha experiencia que nos enseñan, en esa mezcla se van encarando los temas y tratando de hacer cosas para los barrios.

¿Cómo trabaja el concejo para fomentar la participación de los vecinos?

El CV7 tiene cuatro subzonas que son el barrio Buceo, Nuevo Malvín, Malvín y Punta Gorda, allí nos encontramos vecinos de todos esos lugares y traemos iniciativas de nuestros barrios. Es muy gratificante lograr algo para la gente. Las comisiones temáticas trabajan problemas e impulsan ideas o iniciativas de las zonas. Aún nos falta mucho para llegar a los vecinos y no tenemos la participación deseada, deberíamos buscar formas de que ellos vengan o de ir nosotros con más fuerza.

Desde el concejo tenemos vínculo directo con los barrios a través de los centros culturales. En nuestro perímetro se encuentran: el Centro Cultural Placita Zum Felde, la Escuela Experimental, La Gozadera, la Delmira Agustini, el Centro Cultural Misterio y el Gimnasio Antoniello. Es en esos lugares donde podemos estar más cerca de la gente, escucharla y realizar actividades de baile, ajedrez, idiomas, teatro y coros de personas mayores que son muy lindos y emocionantes. A veces, con el Presupuesto Participativo esos locales se van mejorando. Estamos muy relacionados y ellos también necesitan llegar más a los vecinos. Ese es un debe: que participen y conozcan qué se hace y se puede hacer desde los concejos vecinales y centros comunales.

¿De qué forma han trabajado para lograr la participación de los vecinos?

Hay distintas iniciativas, hemos realizado plenarios en distintos lugares, hicimos uno en el Centro Cultural Misterio específicamente sobre el transporte capitalino y, con el tema de la inseguridad, la Comisión de Convivencia ha realizado talleres con la participación de la Jefatura de Policía y el Ministerio del Interior. El último fue en Malvín, estaba lleno de gente y ellos tienen mapas de donde hay más delitos, además enseñan cómo hacer las denuncias y el comportamiento a partir de esa llamada. Esos encuentros con los vecinos son muy útiles, la gente pregunta o presenta quejas y se les explica.

¿Destacarías algún aporte del concejo al barrio?

A mí me parece que algo que ha revolucionado es el Presupuesto Participativo, que es a nivel de la Intendencia, pero las propuestas las elabora cada Concejo Vecinal y los municipios porque eso llegó para concretar ideas y anhelos de los vecinos. Del concejo cabe destacar que estamos trabajando humildemente en la zona. Tenemos espectáculos como las Llamadas que tratan de dar alegría, un recuerdo de la historia del Carnaval que todos tenemos algo, los viejos recordando y los jóvenes viviendo. El Concejo Vecinal sería el corazón de las actividades sociales y materiales del barrio. Estamos muy contentos, lleva tiempo pero es gratificante ver que se repara o inaugura una plaza y van los niños a jugar con los padres o la cantidad de gente que va a tomar mate.

¿Qué expectativas tenés con el concejo?

Mi sueño es encontrarnos todos allí como amigos y que haya una buena convivencia. Está costando que vivamos y compartamos las ideas, que sepamos escuchar al que discrepa y dice algo distinto, a aceptar lo que no me gusta. Esa es una tarea de convivencia que existe en todos los lugares donde se reúne gente. Conocernos, aceptarnos y trabajar en conjunto.

Setiembre 2019

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