Lugares de interés
La Torre de los Panoramas (Reconquista 543)
Uno de los dos principales cenáculos culturales de la generación del 900 (el otro fue el Consistorio del Gay Saber de Quiroga), fundado por el poeta Julio Herrera y Reissig en la azotea de la casa de sus padres: "Allá por mil novecientos fundé la celebérrima émula de las torres de Babel, de Babilonia, de Alejandría, de Persia, de Eiffel, es decir, la de los Panoramas". En ese espacio, también según él mismo: "Bien pronto hice escuela: me rodearon entusiastas discípulos, treinta jóvenes me formaron corte de honor en la 'Torre', mi nombre retumbó en la Universidad, entre vítores y comentarios. Bachilleres, doctores, ingenieros, empleados, bohemios, fueron condiscípulos míos. No ha llegado celebridad a Montevideo que no me haya visitado en la Torre"
A pesar de la sonora descripción de su fundador, la tal Torre era (y afortunadamente sigue siendo, y es sede de la Academia Nacional de Letras) un cuartito más bien desangelado en la azotea de la casa, con ventanas estrechas, desde una de las cuales se veía un poco el mar. Según lo describe Gustavo Espinoza: "En el interior, tras un cartel platónico que prohibía el ingreso a los uruguayos, había una mesa, dos sillas, dos floretes viejos y un bonete turco. Allí Herrera y Reissig guitarreaba, leía sus poemas y jugaba el juego de la copa con sus amigos".
Los amigos que le formaron la supuesta "corte de honor" a Herrera tampoco trascendieron como la vanguardia de su generación. La Torre de los Panoramas es más mito que realidad. Punto de partida de la leyenda de las vanguardias montevideanas, homenaje a la fuerza creativa y la voluntad de su inventor, ejemplo perfecto del poder de la inventiva sobre la prosaica realidad.
Consistorio del Gay Saber (25 de Mayo y Colón)
El otro cenáculo literario célebre de la Generación del 900 fue fundado por Horacio Quiroga a su regreso de París, en 1900. Lo llamó el Consistorio del Gay Saber, en homenaje a una academia francesa de poesía fundada en 1323, el Consistorio de la Gaya Ciencia, que con otro nombre todavía existe.
En su Consistorio, Quiroga se reunía con un grupo de amistades, debatían sobre poesía y escritura, intercambiaban experimentos literarios y es de suponer que, como luego pasaría en la Torre de los Panoramas, se dedicarían también a tomar mate, jugar a las cartas y conversar. Y es que a pesar de su sonoro nombre y de su aura, el Consistorio se llevaba a cabo en la más bien escueta habitación de la pensión en que vivía Quiroga, en la calle 25 de Mayo 118 primero, y desde 1901, al mudarse el escritor a otra confortable, en Cerrito 113.
El Consistorio se disolvió luego de que Quiroga, en una de las tantas tragedias que jalonaron su vida, matara accidentalmente a su amigo y contertulio Federico Ferrando, mientras examinaba el arma con que éste iba a batirse a duelo al día siguiente.
Calle Camacuá
El 4 de abril de 1846 (a las 9 de la mañana, para más exactitud) nació Isidore Ducasse, luego conocido como Conde de Lautréamont. Nació en una casa en la calle Camacuá, justo frente a donde estuviera la brecha que abrieron los ingleses en la muralla de la ciudad durante la invasión de 1807.
La actual calle Brecha no está exactamente donde se quebró el muro, así que decir que Ducasse nació en Camacuá y Brecha es algo arriesgado. Lo cierto es que nació durante otro período, el de la Guerra Grande, y vivió en Montevideo hasta los 14 años. Todas las certidumbres sobre su nacimiento contrastan con lo poco que se sabe de su muerte en Francia. Lo más común en las biografías de autores es lo opuesto, orígenes poco documentados y muertes bien conocidas. Se sabe que Lautréamont fue muchas cosas, menos común.
Club Católico de Montevideo (Cerrito 475)
Cabildo de Montevideo (Juan Carlos Gómez 1362)
El más antiguo de los edificios administrativos de Montevideo que aún sobrevive, sede del Cabildo Abierto de 1803 y de la Jura de la Constitución de 1830 o, como quien dice, hogar del nacimiento del país. En la actualidad es un museo activo, donde se desarrollan múltiples actividades, como presentaciones de libros y conferencias.
“Estuve un buen rato contemplando el alma agresivamente sólida del Cabildo, el rostro hipócritamente lavado de la Catedral, el desalentado cabeceo de los árboles. Creo que en ese momento se me afirmó definitivamente una convicción: soy de este sitio, de esta ciudad”. (Mario Benedetti. La Tregua).
Apartamento de Mario Levrero (Bartolomé Mitre y Peatonal Policía Vieja)
Durante los últimos años de su vida, y gracias a una beca Guggenheim, Mario Levrero vivió en un enorme apartamento interior de un edificio cuya entrada daba a la calle Bartolomé Mitre. El apartamento del escritor estaba en un piso alto y a los fondos, pero sus ventanas le daban una magnifica visión de la plaza Independencia. Alli, Levrero escribió sus últimos textos, incluyendo el Diario de la beca que complementaría y completaria La novela luminosa, reconocida como su obra principal. También sería el hogar de sus célebres talleres literarios, que produjeron una insólita cantidad de autores y autoras, de rememoración, de seguidoras y admiradores, continuadores y –sobre todo– más talleristas.
Cinemateca (Bartolomé Mitre 1236)
Nueva sede de una de las instituciones culturales más prestigiosas del país. Sus múltiples salas fueron referente ineludible de la cultura cinéfila montevideana desde su inauguración en 1952. Sus funciones y actividades relacionadas fueron la piedra de toque para varias generaciones de críticos, una especialidad periodística destacada en Uruguay desde la primera mitad del siglo XX. Por sus salas pasaron, además del ineludible Manuel Martínez Carril, director histórico de Cinemateca, grandes plumas de la crítica como Homero Alsina Thevenet, Oribe Irigoyen, Guillermo Zapiola, Roxalba Oxandabarat e incontables más.
Teatro Solís (Reconquista s/n esq. Bartolomé Mitre)
En 1840, apenas una década después de jurada la Constitución (y de inaugurado el país), un grupo de emprendedores privados decidió que la ciudad necesitaba un teatro adecuado a la imagen que tenían de su futuro. El proceso de diseño y construcción fue largo y complicado (Guerra Grande mediante), pero se llegó a buen término, y el teatro Solís se inauguró en 1856. Tenía capacidad para 1.500 espectadores (la misma que en la actualidad), en una ciudad de apenas algo más de 50.000 habitantes.
En 1937 fue comprado por la Intendencia de Montevideo, que luego lo designó sede de la Comedia Nacional (en 1947) y de la Orquesta Filarmónica de Montevideo (en 1950). La lista de visitantes, figuras célebres, obras estrenadas y eventos culturales realizados en el Solís a lo largo de su historia necesitaría, incluso resumida, un libro y no una reseña.
Memorial “Tres poetas franco-uruguayos” (Juncal al costado del teatro Solís)
Tres grandes autores en lengua francesa nacieron y pasaron su infancia en Montevideo: Isidore Ducasse, Conde de Lautréamont (1846-1870), Jules Laforgue (1860-1887) y Jules Supervielle (1884-1960). Los tres murieron en París. Supervielle volvió a Uruguay varias veces, de vacaciones o visita. Ducasse hizo un viaje a Uruguay en 1867, tan misterioso como casi todo en su vida. Aunque no murió tan joven como Ducasse, Laforgue nunca regresó: no le dio el tiempo, o no tuvo ganas. Un monumento donado por la ciudad de París en 1969, obra del artista frances Guy Lartigue, les rinde homenaje conjunto en la calle Juncal, al costado del teatro Solís.
Puerta de la Ciudadela
Ubicada en el límite entre Centro y Ciudad Vieja, es casi el último vestigio de la antigua fortaleza que rodeaba la ciudad, construida por los españoles en el siglo XVIII y demolida en 1877. La última vez que cumplió funciones defensivas fue durante la Guerra Grande (1839-1851). El conflicto sirvió para darle a la ciudad su primera referencia literaria internacional: en 1850 Víctor Hugo publicó en París Montevideo ou une nouvelle Troie (Montevideo o la nueva Troya), una novela breve dedicada a la heroica defensa de la ciudad. Para escribirla tuvo el asesoramiento militar y político de Melchor Pacheco y Obes.
Cuando comenzó el sitio de Montevideo (1843), los libreros e imprenteros de la ciudad demostraron su fervor patriótico conformando una Compañía de Tipógrafos dedicada a defender su ciudad. El capitán era el librero Jaime Hernández, y su teniente historiador, Isidoro de María. Las autoridades militares de la defensa agradecieron mucho el valor de estos ciudadanos, pero más apreciaban su importancia como impresores (en tiempos de guerra se imprimían muchísimos panfletos e instructivos). Por ese motivo, cada vez que el combate amenazaba acercarse a las murallas, la Compañía de Tipógrafos era retirada a los rincones más alejados de la ciudad. Cuando pasaba el riesgo, se les permitía acercarse. Y así, yendo y viniendo, la Compañía pasó todo el resto de la guerra sin que se registre que ninguno de sus integrantes haya disparado un solo tiro.
Palacio Salvo (P. Independencia y 18 de Julio)
Hoy edificio emblema de Montevideo, pero durante años a partir de su construcción (entre 1923 y 1928) fuente de polémicas, opiniones diversas, odios y amores tanto de nacionales como de extranjeros. El célebre arquitecto Le Corbusier lo llamó en 1929 "enano con galera" y recomendó seriamente demolerlo. En 2017 el músico inglés Damon Albarn, vocalista de Blur y Gorillaz, quedó tan impresionado por el edificio que veía desde la ventana de su cuarto de hotel que utilizó una foto del Salvo para la tapa de un simple de su banda.
Entre esos dos extremos vivió siempre el edificio, obra del arquitecto italiano Mario Palanti (Salvo era el apellido de los dos hermanos propietarios del edificio). Los contactos del Salvo con la cultura fueron múltiples a lo largo de su historia. En distintas épocas funcionaron en él un teatro, un salón de baile, un cabaret, un estudio de grabación y muchos emprendimientos más. Respecto a la literatura, fueron legión las autoras y autores que pasaron por el edificio: Idea Vilariño vivió en uno de sus apartamentos (en el 836). Bastante antes, en el séptimo piso se reunía una tertulia literaria los lunes, frecuentada por Paco Espínola, Alberto Zum Felde, Clara Silva, Esther de Cáceres y Carlos Vaz Ferreira.
Pero la residente más emblemática del Salvo fue la escritora Armonía Somers (Armonía Liropeya Etchepare Locino) que vivió en el piso 16 desde los años 60 hasta su fallecimiento en 1994. Rupturista, osada, vanguardista, sus cuentos y novelas, a contrapelo de las corrientes dominantes de su época, son tan provocativos y extraños como su autora.
Memorial a Delmira Agustini (Andes 1206)
Pasional, libre, sensual, adelantada a su tiempo, Delmira Agustini (1886-1914) fue la estrella más fulgurante de la constelación de mujeres poetas de la Generación del Centenario, y su figura más trágica. Su asesinato a manos de su ex esposo, Enrique Job Reyes, el 6 de julio de 1914, en una habitación alquilada en la calle Andes esquina Canelones es el evento más triste de la historia cultural montevideana (un "crimen pasional" según la terminología de la época, porque aún faltaba un siglo para que se definiera el concepto de femicidio).
La plaqueta que recuerda su memoria frente al sitio de su asesinato incluye un fragmento de su poema "Lo inefable":
Yo muero extrañamente... No me mata la Vida, /
No me mata la Muerte, no me mata el Amor; /
Muero de un pensamiento mudo como una herida…
Auditorio Nacional del Sodre (Mercedes 823)
Inaugurado en 1905 como Teatro Urquiza o simplemente Estudio Auditorio, fue durante décadas la sede de espectáculos líricos y teatrales. En 1971 se incendió y quedó totalmente destruido; pasó los siguientes quince años abandonado, hasta que en 1985 se tomó la decisión de reformarlo. El proceso fue increíblemente largo, y recién en 2009 el nuevo edificio, ahora llamado Auditorio Nacional Dra. Adela Reta, fue reinaugurado. Sus instalaciones le permiten albergar desde las funciones de música lírica para las que estaba pensado el edificio original, hasta cualquier tipo de espectáculos musicales, obras de teatro, funciones de cine e incluso convenciones de historietas.
Hotel Cervantes (Soriano 868)
Inaugurado en 1928 como hotel con teatro adosado, en pleno Centro, en la calle Soriano esquina Convención, durante décadas fue hotel de lujo, luego hotel decadente, luego parking bajo edificio semirruinoso y abandonado. En la actualidad, reabierto, pulido, almidonado y emperifollado, es un cinco estrellas nuevamente, conocido como Esplendor by Wyndham Montevideo Cervantes.
Durante sus casi 90 años de vida, el hotel se las ingenió para tener reputación literaria. Allí vivió hasta su muerte el poeta Emilio Oribe (integrante de la generación del Centenario, que no debe confundirse con la generación del 900). Y entre sus huéspedes internacionales se cuentan Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Julio Cortázar. Dice la leyenda que en su habitación 205, una noche de insomnio de 1956, Cortázar escribió el cuento "La puerta condenada".
La leyenda también dice que Carlos Gardel durmió en el Cervantes. El personal de la primera encarnación del hotel recitaba una lista extensa y colorida de huéspedes célebres. Esa lista se perdió con el cierre y posterior diáspora del antiguo personal.
Plaza Cagancha
La plaza Cagancha también conocida como plaza Libertad, se caracteriza por albergar el monumento central que simboliza la libertad. Es considerada el kilómetro cero de las rutas nacionales en Uruguay y cuenta con la presencia de diversas instituciones culturales, como el Museo Pedagógico José Pedro Varela. También la rodean edificios notables. El más hermoso tal vez sea el que actualmente ocupa la Suprema Corte de Justicia, que originalmente fuera la casa de Francisco Piria, quien además de ser el desarrollador inmobiliario más célebre del país, tuvo inquietudes autorales: en 1898 escribió la novela utópica El socialismo triunfante.
En las cercanías de la plaza vivieron varios autores, incluyendo a Carlos Liscano, Milton Schinca y, hasta el día de su muerte, Mario Benedetti, en la cercana esquina de Zelmar Michelini y 18 de Julio. Benedetti tuvo una larga historia de residencias céntricas. Antes de exiliarse en Argentina en 1973, el poeta vivía en la esquina de Convención y San José. Aun antes de eso, su familia residió muchos años en 18 de Julio esquina Andes. "Caminar por 18 de Julio es como moverse por el patio de la casa familiar". (Mario Benedetti, Andamios).
Ateneo de Montevideo (Pza. Cagancha 1157)
Fundado en 1868 para, entre otros cometidos, servir en un ambiente de absoluta libertad de espíritu, favoreciendo la libre discusión de todos los principios y tendencias. El Ateneo de Montevideo fue durante décadas uno de los ejes de la vida intelectual uruguaya. En sus salas se llevaron a cabo innumerables conferencias, reuniones, cursos y mesas redondas sobre una inconmensurable variedad de temas e intereses.
La defensa de la laicidad fue desde el comienzo una de las características del Ateneo, no en vano José Pedro Varela fue uno de sus socios fundadores.
En el Ateneo se fundó en 1949 la Asociación Uruguaya de Escritores (AUDE), cuya primera presidenta fue Juana de Ibarbourou. Años más tarde, en 2003, fue fundada la Casa de los Escritores, cuyo primer presidente fue Carlos Liscano.
La sede del Ateneo es un sólido edificio neoclásico que ocupa una de las esquinas de la circunvalación a la Plaza Cagancha. En su parte baja, sobre la calle Rondeau, se encuentra el teatro Circular.
Plaza Zitarrosa (frente al Cementerio Central)
Ubicada en la cuadra donde vivió en su juventud el cantante y escritor, en la pensión de su madre, frente al Cementerio Central.
“De tanto vivir frente del cementerio no me asusta la muerte ni su misterio”. (Alfredo Zitarrosa, "Coplas del canto").
Cementerio Central (Av. Gonzalo Ramírez 1302)
Principal necrópolis de la ciudad, inaugurada en 1835 para suplir el viejo cementerio que desde 1808 funcionaba en lo que actualmente es el cruce de Durazno y Andes, y que a su vez suplantó varios camposantos integrados dentro de la ciudad (lo que hoy es la Ciudad Vieja), junto a iglesias y edificios religiosos.
El Central alberga el Panteón Nacional, que en realidad era originalmente la cripta de la rotonda central del cementerio. Al morir el político y constitucionalista José Longinos Ellauri en 1867 se autorizó su inhumación provisoria en la cripta, hasta que se construyera un Panteón Nacional. Éste nunca se construyó, las figuras dignas de tal honor se siguieron enterrando en la cripta (renombrada oficiosamente como Panteón Nacional) y allí sigue Ellauri.
Vale la pena recorrer el cementerio por sus abundantes monumentos recordatorios y tumbas elaboradas. Además de incontables políticos, militares y estadistas, tienen en el Central su lugar de reposo importantes personalidades de la cultura uruguaya: Francisco Acuña de Figueroa, Delmira Agustini, Julio Herrera y Reissig, Juan Manuel Blanes, Martha Gularte, Gerardo Matos Rodríguez, José Enrique Rodó, Florencio Sánchez, Juan Zorrilla de San Martín, su hijo José Luis Zorrilla de San Martín y su nieta China Zorrilla, Eduardo Darnauchans, Enrique Estrázulas y Mario Benedetti.
Intendencia de Montevideo
Uno de los edificios más imponentes de la ciudad, obra del arquitecto Mauricio Cravotto. Una vez al año, entre fines de setiembre y principios de octubre, en la explanada y el atrio de la Intendencia se lleva a cabo la Feria Internacional del Libro, la mayor y más concurrida del país.
Apartamento de Onetti (Gonzalo Ramírez y Martínez Trueba)
En 1955 Onetti vuelve a Montevideo luego de uno de sus períodos en Buenos Aires, y se casa con Dorotea Dolly Muhr, quien fue su compañera y soporte por el resto de sus días. Onetti y Dolly se mudaron a un sexto piso de la calle Gonzalo Ramírez y Martínez Trueba (el edificio actualmente tiene una placa recordatoria). El apartamento era gélido en invierno, caluroso en verano, ventoso todo el año y fue sede de incontables encuentros, anécdotas y recuerdos. Allí vivieron hasta principios de los setenta, y allí escribió, entre otros textos: "Para una tumba sin nombre", "La cara de la desgracia", "El astillero" y "Juntacadáveres".
Teatro El Galpón (Av. 18 de Julio 1618)
Una de las principales instituciones teatrales del país, referente del género tanto en lo profesional como en lo histórico. Símbolo de la resistencia cultural durante la pasada dictadura. En 2014 en su sala principal se estrenó la obra El tipo que vino a la función, de Raquel Diana, galardonada en el rubro Dramaturgía en el Concurso Literario de Montevideo Juan Carlos Onetti, premio que otorga anualmente la Intendencia de Montevideo.
Estatua de Einstein y Vaz Ferreira (Pza. de los Treinta y Tres)
El físico más famoso, postulador de la teoría de la relatividad y revolucionador de la física, Albert Einstein, llega a Montevideo el 24 de abril de 1925. Había sido invitado por instituciones académicas, aprovechando su paso por Buenos Aires. Hacía apenas cuatro años que el físico había ganado el premio Nobel y era una auténtica celebridad.
En tres días da tres conferencias en el Paraninfo de la Universidad, se reúne con representantes de la comunidad judía, y tiene un solo encuentro personal con una celebridad local: el filósofo Carlos Vaz Ferreira. Ambos conversan amigablemente un par de horas en la plaza de los Treinta y Tres. Desde 2008 hay un monumento en la plaza que conmemora el encuentro, obra de Valverde Gil.
Biblioteca Nacional (Av. 18 de Julio 1790)
En 1815 el presbítero Dámaso Antonio Larrañaga presentó una propuesta para crear una biblioteca pública. La idea tuvo el beneplácito de José Gervasio Artigas desde la lejana Purificación, y el 26 de mayo de 1816 se inauguró, en los alrededores de la actual plaza Zabala, la primera Biblioteca Pública del país, en medio del caos del proceso revolucionario. Contaba con unos 5.000 volúmenes, todos ellos donados.
Casi 150 años después, en 1964, se inauguró oficialmente la actual sede, renombrada Biblioteca Nacional. El imponente edificio neoclásico ahora tiene un acervo de títulos que se cuentan por millones, y no para de crecer. El edificio de la Biblioteca Nacional, junto con la cercana Facultad de Derecho de la Universidad de la República y el Instituto Alfredo Vásquez Acevedo (IAVA, secundaria), ambos inaugurados en 1911, conforma un monumental triángulo edilicio que representa la rica tradición y el respeto institucional por la educación y la cultura que caracterizan desde siempre a nuestro país.
Calle Tristán Narvaja
Uno de los paseos dominguero más populares de la ciudad, la feria de Tristán Narvaja, es también hogar de una guirnalda de librerías de cuatro o cinco cuadras de la calle, y en las que, ya sea el domingo o cualquier día de la semana, un amante de los libros puede ir a recorrer con la seguridad de encontrar tarde o temprano cualquier ejemplar que busque o, mucho mejor, algo absolutamente inesperado.
“Y por favor no olvides que te espero con este corazón recién comprado en la feria mejor de los domingos”. (Mario Benedetti, Irse).
Castillo del Parque Rodó (lago del Parque Rodó)
Edificio de fantasía junto a un lago de fantasía en el Parque Rodó, alberga la Biblioteca Infantil María Stagnero de Munar, primera de su tipo en América del Sur, inaugurada en 1935.
Museo Nacional de Artes Visuales (Tomás Giribaldi 2283)
Original y brevemente funcionó, en 1911, en uno de los anexos del teatro Solís. Al año siguiente fue trasladado a su ubicación actual en el parque Rodó, y con los años sufrió diversas mejoras y ampliaciones hasta llegar a su conformación actual en 1986 (1990, si se toman en cuenta sus hermosos jardines). Es hogar de la mayor colección de arte nacional, alberga constantes muestras temporales de artistas nacionales y extranjeros (notoriamente, Picasso en 2019) y acostumbra publicar espléndidos catálogos de estas visitas.
Museo Casa de Juan Zorrilla de San Martín (José Luis Zorrilla de San Martín 96)
Originalmente casa de veraneo de quien fuera el "Poeta de la Patria", autor de Tabaré y La Leyenda Patria, esta hermosa mansión rodeada de un más hermoso jardín contiene objetos y manuscritos del escritor, que no en vano dijo “Toda mi vida está entre estas cuatro paredes, aquí están mis recuerdos de familia y el fruto de mis esfuerzos". Y ahí siguen sus recuerdos y sus frutos, para la contemplación. En el museo, además, se encuentra la Biblioteca Ombú, la primera del país especializada en historieta nacional.
Palmera de Juana de Ibarbourou (Manuel Vicente Pagola 3269)
En enero de 1968 en la Rambla y la calle Pagola, a escasas cuadras de donde estuviera su mansión Amphión, Juana de Ibarbourou, de 76 años, asistió a la ceremonia por la cual se le da su nombre a una de las palmeras que jalonan la costa a esa altura de Pocitos. Juana no sólo había vivido cerca (aunque su casa a esa altura era la sede de la Embajada de Bélgica, y años después sería demolida para construir un edificio), sino que había escrito "Soneto a una palma", parte del cual está grabado en una losa de piedra junto a la planta, por lo cual puede decirse que el gesto tiene algo de sentido.
Para esas alturas, los homenajes y reconocimientos a la figura y obra de Juana de Ibarbourou eran casi rituales. Su poesía había sido elogiada y apreciada por grandes nombres de la época tanto en el país como en toda América y España. Ya en 1929, en un homenaje en el Palacio Legislativo, se le había otorgado el título de Juana de América. Como para demostrar que no era un simple floreo local, en 1953 en Nueva York la Unión de Mujeres Americanas la declaró "Mujer de las Américas 1953". Juana, realmente, fue la gran poetisa americana de sus tiempos.
La Mondiola (Buxareo y Pereyra de la Luz)
En 1922 la Troupe Ateniense, aunque originalmente formada, como su nombre indica, en torno al Club Atenas en el barrio Palermo, tenía una sede en La Mondiola, en la actual esquina de Buxareo y Pereyra de la Luz. Fue una de las principales exponentes de la categoría Troupes, protagonista de inolvidables carnavales en las décadas de 1910 a 1930. Allí se reunían los integrantes de la troupe para componer, ensayar y, es de suponer, otras actividades vagamente relacionadas.
Fue en ese local que Roberto Fontaina, Víctor Soliño (letra) y Juan Antonio Collazo (música) compusieron el tango "Garufa" entre 1927 y 1928. Originalmente la letra hacía referencia directa a varios lugares de Montevideo, pero fue modificada para adaptarla a Buenos Aires, donde tuvo un éxito notable. Para su versión argentinizada se cambió "en la calle San José", que en aquella época era conocida por albergar varios establecimientos "de mala fama", por "en el Parque Japonés".
La Troupe se disolvió en 1930, pero se reunió en 1931 y 1932 para organizar el paródico "Salón de Harte Ateniense".
Durante el segundo evento editaron un folleto caricaturesco de poesía modernista, Aliverti liquida, claramente tomándole el pelo a las vanguardias de la época, pero con tanto talento en su factura que, en una última morisqueta, al día de hoy se lo considera casi la cumbre de la poesía vanguardista latinoamericana.
“Del barrio La Mondiola sos el más rana
y te llaman Garufa por lo bacán [...]
¡pucha que sos divertido!
Garufa, ya sos un caso perdido;
tu vieja dice que sos un bandido
porque supo que te vieron
la otra noche en la calle San José.
("Garufa", letra original. Roberto Fontaina, Víctor Soliño)
Cementerio del Buceo (Av. Gral. Rivera 3934)
Fundado en 1872, en sus avenidas y panteones pueden buscarse las tumbas de Amanda Berenguer, Francisco Piria, Juana de Ibarbourou, Elena Zuasti y Homero Alsina Thevenet. También se puede aprovechar la visita para ir al lindero Cementerio Británico en busca de la tumba de Armonía Somers.
Estadio Centenario
Monumento al fútbol, coliseo del deporte nacional y varias otras expresiones ditirámbicas definen al principal estadio deportivo montevideano, aunque sus relaciones con la literatura son más bien escasas. Poco se ha escrito en Uruguay en torno al fútbol, a pesar de su popularidad, con algunas pocas honrosas excepciones como la novela Ganadores, de Tarik Carson, y particularmente Del campito a la Olimpíada, la "novela" (así lo definía el diario) que Julio E. Suárez (1909-1965), el Santo Patrono de la historieta uruguaya, comenzó a publicar en 1933 en el diario El País. El personaje principal de esta historieta era Peloduro, un futbolista estrella de origen humilde, que con el tiempo le terminó pasando su seudónimo al propio autor que lo siguió dibujando hasta su muerte, en El País, en El Diario y, desde 1943, en su propia revista, llamada también Peloduro. Curiosamente Peloduro (el personaje) no era el más popular de la tira, gracias a la maravillosa comparsa de secundarios que lo acompañaban: el Pulga, la Porota, la Choronga y el Pulguita.
Casa de Becho (Nueva York esq, Yaguarón)
La casa de Gerardo Matos Rodríguez, Becho, el creador de "La Cumparsita", en su época fue el epicentro de la cultura tanguera de la época, lugar de reunión de interprétes, compositores, directores y amigos.
Villa Muñoz (Inca y Juan José de Amézaga)
En el corazón del barrio, en Inca y Cuñapirú (hoy Juan José de Amézaga) transcurrió la infancia de Idea Vilariño (1920-2009), tal vez la poeta uruguaya más importante del siglo XX. Fue hija de Leandro Vilariño y Josefina Romani. Su padre era barraquero y anarquista pero también poeta, y como muestra bastan los nombres de sus cinco hijos: Poema, Azul, Alma, Numen y, claro, Idea. Todos estudiaron música (Idea era una violinista bastante buena) aunque sólo Numen se dedicó profesionalmente, destacando como pianista, compositor y docente.
“Faroles incas ruben subiendo por la cuesta flores de paraíso por el suelo la escuela mil novecientos cuánto la esquina las estrellas”. (Idea Vilariño, "Calle Inca")
Monumento a Bartolomé Hidalgo (Pasaje Hermanos Ruiz esq. Agraciada)
Bartolomé Hidalgo, primer poeta de la patria, autor de cielitos y diálogos, fundador de la lírica gauchesca rioplatense, es homenajeado con una estatua de granito obra del escultor Ramón Bauzá, ubicada en un extremo de un hermoso pasaje ajardinado.
Museo Juan Manuel Blanes (Av. Millán 4015)
Museo de la Intendencia de Montevideo ubicado en un hermoso edificio de estilo renacentista, rodeado de espectaculares jardines. La casona, a orillas del Miguelete, fue construida en 1870 y a partir de 1872 se convirtió en la residencia de Clara García de Zúñiga, descendiente de una poderosa familia patricia argentina y madre natural del poeta y dandi Roberto de las Carreras. Su vida fue tan trágica y controvertida como la de su hijo.
Centro Cultural Florencio Sánchez (Grecia 3281)
Un teatro que es mucho más que un teatro, el Florencio Sánchez es sin duda el alma cultural del Cerro. El edificio se inauguró en 1915 como Teatro Cinema Apolo, con una función de zarzuela. Desde ese día y sin parar se sucedieron espectáculos teatrales, musicales y exhibiciones de cine mudo, ambientadas al piano por la esposa del propietario. En 1931 llegó el cine sonoro al Apolo.
En 1962 el local fue adquirido por la Intendencia montevideana, y en 1963 cambia su nombre a Teatro Florencio Sánchez. En 1993 se le hace una reforma completa, por lo que del edificio original sólo quedan la fachada y una caja fuerte. En 1996, culminada la reforma, se cambia de nuevo el nombre del espacio, de Teatro a Centro Cultural. En 1997 se designa al poeta salteño Elder Silva (fallecido en 2019) como director de la sala, función que cumplió magníficamente durante dos décadas.
Museo de la Memoria (Av. de las Instrucciones 1057)
Museo de la Intendencia de Montevideo ubicado en la que fuera la quinta de reposo del coronel y dictador Máximo Santos, el Centro Cultural Museo de la Memoria está dedicado a preservar y difundir el recuerdo de los excesos y crímenes del terrorismo de Estado, a través de exposiciones tanto eventuales como permanentes, éstas divididas en: Asesinatos y desaparición forzada, Instauración de la dictadura, Resistencia popular, Las cárceles, Recuperación democrática y El exilio.
El museo alberga también el Proyecto Memoria, una labor de rescate y sistematización de la biblioteca del Penal de Libertad durante la dictadura, una forma de sensibilizar sobre la importancia del libro y la lectura hasta en las situaciones más extremas. Desde la inauguración del Museo en 2007, Mario Benedetti fue Presidente Emérito de la institución, hasta su fallecimiento en 2009.
Teatro de verano de Punta de Rieles / Biblioteca Francisco Espínola (Cno. Maldonado esquina Aries)
Corazón cultural y popular de Punta de Rieles y barrios aledaños, ubicados frente a la Plaza Museo Memoria de Punta de Rieles. La plaza, que recuerda al cercano penal de mujeres durante la dictadura, fue recuperada y jerarquizada gracias a un programa barrial que incluyó, entre otras actividades, la compilación y edición del libro Memorias de Punta de Rieles en tiempos del Penal de Mujeres.