Planeta Azul
En el Museo de la Memoria de Montevideo, Manu Aldabe expone una serie de siete fotografías realizadas con tierra extraída de los sitios donde fueron hallados los desaparecidos Eduardo Bleier, Julio Castro y Ricardo Blanco. En la glorieta del museo, con tan simbólicas tierras, cultiva un jardín, un Planeta Azul. Con esas flores, hojas y tierras crea dibujos de luz que interviene con acuarelas.
Usando una de las primeras técnicas fotográficas, la cianotipia, sin cámara y por contacto directo, crea imágenes con la tierra que le entregó el Instituto de Derechos Humanos para realizar el proyecto Memoria de la tierra, con los permisos de los fiscales correspondientes.
En la glorieta del museo están plantados los rosales de “Sus ojos eran azules”, obra de arte contemporáneo seleccionada para el 59º Salón nacional de Artes Visuales. Junto a ellos, hay pensamientos, alegrías, prímulas. Manu Aldabe crea huellas de estas tierras y las transforma en flores.
Planeta azul es una propuesta artística que consta de dos partes. En el subsuelo del museo se encuentran las obras plásticas que contienen las huellas, la energía de esa tierra, y en la glorieta está el jardín, que se propone como un espacio de contemplación activa, donde podemos sentarnos a mirar, plantar, sentir el abrazo de las flores que no pudieron cortar.
La muestra estará en el Museo de la Memoria de Montevideo durante agosto y setiembre, abierta de 11 a 18 horas de lunes a sábado
Nacida en Montevideo, Manu Aldabe es una artista íntima, sensible al tiempo que audaz y metódica, es reconocida fundamentalmente por sus representaciones y reflexiones en torno a la figura de la mujer.
Formada en Italia y tras más de una década en Europa ha dedicado su práctica artística a explorar las relaciones de poder, la belleza y las plantas autóctonas uruguayas, entre otros temas.
Si bien la obra de Manuela está enmarcada en la militancia feminista, contra la violencia sexual y en la visibilización de minorías, también se caracteriza tanto por la investigación en técnicas fotográficas y creativas como en la producción de una extensa obra gráfica cargada de poesía.
El trabajo de la artista funciona como terapia para soportar la cruda realidad, una relación entre vida, cuerpo y entorno, que a través de su mirada evoca las conexiones entre lo físico y lo etéreo, lo trágico con lo real y lo elevado con lo simbólico y espiritual.
Manu Aldabe se posiciona del lado de lo sensible, de lo que no se ve, de lo no evidente y de esa forma logra alterar nuestra percepción tanto de las imágenes como de nuestro entorno social.
David de la Mano
Foto Pablo Sosa
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