Exposición: Gardel, socio de honor del Barça
La exposición Gardel, socio de honor del Barça recorre los viajes del cantautor uruguayo Carlos Gardel a España, para visitar a sus amigos futbolistas del Fútbol Club Barcelona (FC Barcelona).
Las fotos fueron cedidas por el Centro de documentación del Fútbol Club Barcelona.
La inauguración se realizó el viernes 21 de junio en el Museo de Historia del Arte (Muhar). Contó con la participación del intendente (i) de Montevideo, Federico Graña; la directora del Departamento de Cultura, María Inés Obaldía; la directora del Muhar, María José Bolognini; y el delegado del Gobierno de Catalunya para el Cono Sur, Josep Vives i Portel.
La muestra fotográfica cuenta con el apoyo del Gobierno de Catalunya para el el Cono Sur. Se puede visitar de martes a sábado de 12.30 a 17.45, en el Museo de Historia del Arte (Ejido 1326). La entrada es gratuita.
Sobre la muestra
Poco se ha hablado de la pasión que le unió a Gardel a una ciudad, y a unos colores asociados a unos ídolos de época, y a un club, el Barcelona. El cantante descubrió este club de fútbol en 1925, cuando debutó en el Teatro Goya.
Gardel, confesaba no gustarle el fútbol, se convirtió en acérrimo seguidor del Barça gracias a la amistad que trabó con algunos jugadores y, muy especialmente, con el astro de ese equipo: Pepe Samitier. Tal fue su relación, que Gardel no solo le dedicó un tango -"Sami" -, sino que presenció muchos encuentros del Barça, tanto en España como en Sudamérica. El más recordado, sin duda, es la final de la Copa del Rey del año 1928, aquella en la que el FC Barcelona se impuso por 3 a 1 a la Real Sociedad de San Sebastián. Un partido que presenció junto a su amigo José María de Cossío, y al poeta Rafael Alberti que, impresionado por su bravura, dedicaría un poema al arquero del Barça, el húngaro Franz Platko.
El vínculo del cantante con el Barça se prolongó hasta el final de sus días. Tanto es así, que el club lo nombró socio de honor, y cada vez que sus dirigentes viajan a Buenos Aires, visitan su mausoleo para dejar allí un ramo de flores azules y granas a modo de homenaje.