Jornadas de reflexión en ordenamiento territorial
Reflexionar sobre la forma en la que se planifican los territorios para poder diseñar y construir ciudades más vivibles fue el objetivo de estas jornadas realizadas en el marco de los 300 años de Montevideo, luego de 25 años de aprobado el Plan Montevideo y tras 10 años de su primera revisión a través de las Directrices Departamentales de Ordenamiento Territorial.
¿Qué entendemos cuando hablamos de ciudades resilientes? ¿Qué estrategias debe implementar Montevideo para incorporar los cambios asociados a la adaptación y variabilidad climática? ¿Qué papel juegan las infraestructuras verdes en la mejora de la resiliencia urbana y rural? Son algunas de las preguntas que guiaron estas jornadas celebradas el 30 de octubre y 1 de noviembre.
Durante el evento se presentaron experiencias internacionales como la de la Oficina de Resiliencia Urbana de México, un estudio de diseño urbano y paisaje especializado en pensar el ordenamiento territorial desde una perspectiva que integre las necesidades de las comunidades y los retos a los que cada territorio se enfrenta con las alteraciones derivadas del cambio climático.
Carolina Crespo, representante de la ORU de México, destacó que su trabajo procura generar proyectos urbanos y espacios públicos que mitiguen estos efectos, sean funcionales a las necesidades de la población e incorporen a las comunidades en el diseño.
Por su parte el urbanista Felipe Vera del Banco Interamericano de Desarrollo reflexionó sobre cómo las ciudades crecen y cuál es el impacto del cambio climático y la migración en esta forma de construir ciudad. Vera alertó que 3 de cada 5 ciudades del mundo con más de medio millón de habitantes están en alto riesgo de sufrir desastres naturales.
En este sentido destacó que la vulnerabilidad ante el cambio climático no solo depende de las condiciones climáticas adversas, si no también de la capacidad de las sociedades de anticiparse, hacer frente, resistir y recuperarse y es por eso que los gobiernos de las ciudades cumplen un rol fundamental para que las consecuencias ante estos eventos sean lo menos graves posibles.
Distintos equipos de la Intendencia compartieron las experiencias de gestión social del agua y las estrategias que están diseñando junto a las comunidades que viven en zonas inundables para mejorar la prevención y el abordaje ante estas situaciones. También las nuevas ciclovías como instrumento para el fomento de la movilidad activa y la forma en la que la crisis hídrica del año pasado impactó en la salud de las personas que son atendidas en las policlínicas de la Intendencia.
Asimismo, se presentaron estudios sobre la caminabilidad y el espacio público en Montevideo, los microclimas urbanos y se compartió un mapeo sobre las islas de calor urbanas de Montevideo.
Desde el territorio se destacaron los aportes a partir la experiencia de los colectivos sociales, con la presentación del colectivo Ecoparque Idea Vilariño y su trabajo en la cogestión del espacio y las actividades que se desarrollan en él; el colectivo la Comunidad Charrúa Basquadé Inchalá y su proyecto “Encanto al arroyo”, que busca recuperar la memoria y ancestralidad indígena mediante la restauración del paisaje ancestral de la desembocadura del arroyo Pantanoso; y la Fábrica de Cultura Molino de Pérez y Parque Baroffio que expuso sobre lo trabajado hasta el momento con la ciudadanía poniendo en valor la importancia de la naturaleza en la ciudad, la relevancia de contar con una corriente de agua urbana a cielo abierto y su rol en los procesos de adaptación al cambio climático, las actividades que se han desarrollado hasta el momento y los diversos desafíos que se plantean a futuro en relación a la gestión de este espacio y sus usos.
