Hallazgos Arqueológicos en el "Caserío de los Negros"
Investigaciones arqueológicas promovidas por la UNESCO, Intendencia de Montevideo y Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FHCE) desde el año 2010, han identificado vestigios del caserío de la Real Compañía de Filipinas (CRCF) que estuvo operativo entre 1787 y 1812.
Según los registros históricos, entre 1777-1812, cerca de 70.000 esclavizados ingresaron por el Río de la Plata. Montevideo tuvo el monopolio del ingreso desde 1791 hasta 1812, y el sitio arqueológico CRCF fue donde las personas esclavizadas eran alojadas para ser comercializadas en la ciudad y en el Virreinato del Río de la Plata.
Gracias al impulso de profesionales, la Comisión de Sitio del Caserío de los Negros, la Red de Sitios de Memoria y Mundo Afro, fue presentado un proyecto ante los fondos Concursables de la INDDHH edición 2024 para Sitios de Memoria Histórica (ley 19.641) titulado "Intervenciones Arqueológicas en el Sitio de Memoria Caserío de los Negros" con el objetivo de visibilizar e investigar el pasado colonial desde la perspectiva de los esclavizados, en el marco del debate de los 300 años de la fundación de Montevideo.
En ese contexto, y desde julio de 2024, se realizan intervenciones arqueológicas en el barrio Capurro, en la búsqueda de vestigios de la infraestructura utilizada por la Real Compañía de Filipinas (CRCF).
En esta ocasión, se hallaron restos óseos humanos dentro de los límites de las antiguas instalaciones de dicha compañía. El equipo de investigadores esta compuesto por técnicos del Museo de la Memoria, así como por docentes y estudiantes de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.
En la conferencia participaron el intendente de Montevideo, Mauricio Zunino, el alcalde del Municipio C, Jorge Cabrera; el director de Asesoría de Desarrollo Municipal y Participación, Federico Graña; la directora de la Secretaría de Equidad Étnico Racial y Poblaciones Migrantes, Leticia Rodríguez Taborda y el arqueólogo Camilo Collazo.
Graña destacó el trabajo de organizaciones de la sociedad civil vinculadas a las personas afrodescendientes que hace años que vienen poniendo en discusión cuál era el sitio de llegada y esta investigación cambia un poco el relato "porque estos sitios fueron borrados de la historia; fue la forma de esconder cómo ese crímen de Lesa Humanidad había sucedido y aquellos que fueron parte de la elite, que habían definido que eso era posible, no fueran nunca responsables".
Zunino reivindicó la importancia de recostruir la memoria colectiva y la necesidad de trabajar sobre la reparación histórica ante sucesos que evidencian "que esta era la gran puerta de entrada del mercado esclavista en el cono sur" en las tierras de la corona española en América y remarcó el compromiso de avanzar para que ese espacio sea un sitio de memoria.
Rodríguez Taborda encuadró las dificultades para conocer este tipo de sitios vinculados al negocio esclavista, como parte del racismo institucional que en parte aun persiste y resaltó la acumulación de luchas de personas y organizaciones que fueron capaces de mantener relatos y transmitidos de generación en generación para reconstruir la historia aportando la perspectiva de quienes fueron esclavizados y reafirmó la certeza de tener e impulsar "políticas públicas en el territorio para agudizar y profundizar acciones que que fortalezcan la vida de todas y todos y, especialmente también de las personas afrodescendientes".
Por su parte, el responsable del trabajo arqueológico, Camilo Collazo, informó que lo que se busca son los vestigios materiales del sitio y que, ante el hallazgo de restos óseos humanos, se está en una etapa preliminar ya que para determinar si se trata de restos de una persona esclavizada habrá que profundizar las investigaciones arqueológicas y de antropología biológica para determinar el perfil del ADN. Las escavaciones se debieron realizar en un predio privado con autorización de su propietaria.