Parque Rodó tiene un espacio público de convivencia
Desde hace varios años, el Departamento de Desarrollo Urbano de la comuna junto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) llevan adelante intervenciones de urbanismo táctico en la ciudad.
Actualmente en Montevideo es frecuente ver repartidores parados en grupo en una esquina, sin guardar ninguna norma de distanciamiento físico.
La puesta en marcha de este espacio, ubicado en la calle Durazno esquina Salterain, contempla esa nueva realidad mediante la instalación de una estación de descanso para uso de transeúntes, vecinas, vecinos y estudiantes de los liceos de la zona.
La estación cuenta con paneles solares tanto para la iluminación como para brindar un servicio de carga de celulares.
Además tiene un punto de estacionamiento y de autorreparación de bicicletas.
El intendente Christian Di Candia recorrió la intervención junto con autoridades del BID y de la comuna, el miércoles 14 de octubre.
Di Candia celebró que la ciudad cuente con un lugar "que gana espacios para las personas y fue elaborado mediante instancias participativas de quienes residen y habitan el barrio, pero también con aportes de quienes trabajan, estudian o pasean por la zona".
El alcalde del municipio B, Carlos Varela, destacó que se trata de un "proyecto innovador que, mediante una intervención de bajo costo pero alto impacto, procura atender una demanda que está instalada en la sociedad, que son esos servicios básicos para una población con diferentes necesidades".
Por su parte el director de la División Espacios Públicos del Departamento de Desarrollo Urbano, Álvaro Paciello, explicó que la zona requería una intervención que permitiera pacificar el tránsito sobre esa esquina y generar un espacio de encuentro y convivencia, "y es lo que se busca con esta estación de descanso que incluyó las propuestas recabadas en varios talleres realizados, para que permita actividades múltiples".
¿Cómo fue la ejecución del proyecto?
Para el montaje de este espacio el BID aportó recursos técnicos y financieros. Por su parte, la Intendencia contribuyó con equipos técnicos y en la articulación y coordinación de las acciones para su habilitación.
La selección del lugar contempló el entorno urbano, la existencia de comercios, el número promedio de repartidores en la zona, la presencia de servicios sociales –centros educativos, entre otros– y la proximidad de espacios verdes.
También se realizó un proceso de diseño colaborativo que implicó que el equipo del proyecto se reuniera con vecinas y vecinos, comerciantes, estudiantes, empresas proveedoras y repartidores, para captar sus percepciones sobre el entorno y buscar un diseño acorde a las necesidades de los distintos colectivos.
Se hicieron dos talleres participativos, adaptados al contexto de la emergencia sanitaria, en los que participaron aproximadamente 100 personas. También se mantuvieron reuniones con los distintos actores involucrados.
Para la sostenibilidad del proyecto se ha trabajado en la generación de un modelo de gestión en el que los socios operadores contribuyan al mantenimiento y el cuidado del espacio.
