La correcta alimentación puede ayudarnos
En el marco de la emergencia sanitaria a nivel nacional, difundimos y exhortamos a cumplir distintas medidas de salubridad con el fin de evitar el contagio y propagación del coronavirus.
La correcta alimentación diaria, acompañada de una buena higiene, son dos medidas que podemos adoptar y que contribuyen a disminuir considerablemente las posibilidades de contagiar o contraer enfermedades.
Comenzando por el adecuado lavado de manos, toda preparación alimenticia debe hacerse con productos y utensilios correctamente higienizados.
Además, en lo posible dividir tareas: que la persona que cocina no sea la misma que previamente hizo las compras o la misma que se encarga de servir la comida, siempre atendiendo a que ninguna de estas personas presente síntomas (tos, fiebre, secreción nasal, etc.).
Al momento de pensar qué cocinar es recomendable planificar una compra correcta para toda la semana, sin olvidar alimentos básicos como vegetales, arroz, fideos, carnes, polenta, etc.; debemos limitar al mínimo las salidas de compras.
Es importante hidratarse durante el día, especialmente en el caso de las personas mayores de 65 años, que son población de riesgo para este virus y tienen disminuida la sensación de sed.
Es recomendable comer vegetales todos los días en almuerzo y cena (al menos medio plato), en las comidas de siempre: guisos, pasteles con carne, rellenos, con arroz o fideos, salsas caseras, purés, al horno, sopas caseras sin calditos instantáneos, cazuelas, tortillas, tortas tipo pascualina o de zapallitos, ensopados, ensaladas, etc.
Al pasar más tiempo en casa y tener menos actividad, hay que evitar “picotear” entre comidas, es preferible para estos momentos alguna fruta.
Al menos una vez a la semana se recomienda consumir atún enlatado, sardinas o pescado fresco, siempre bien cocido.
Si ya se tiene indicado tratamiento nutricional por algún problema de salud (hipertensión, diabetes, enfermedades cardiovasculares, etc.), es importante que lo realices tal cual lo recomendaron; no debe abandonarse.
Se debe evitar la “contaminación cruzada”, que se genera al mezclar alimentos crudos con cocidos, o utensilios que se utilizaron sin lavar en ambas etapas de preparación.
Si se decide almacenar la comida cocinada o alimentos frescos, se debe hacerlo en recipientes correctamente lavados y colocarlos en lugares refrigerados: heladera, congelador o freezer.
Luego que se finaliza la preparación o conservación de alimentos, se debe volver a lavar las manos e higienizar correctamente todos los materiales y superficies utilizadas.