Centro de Educación Vial
Tiene por objetivo contribuir con acciones educativas a un adecuado comportamiento de quienes utilizan la vía pública en Montevideo, ya sea conduciendo vehículos o transitando como peatones o pasajeros del transporte colectivo, con el objetivo de prevenir y disminuir el número de personas fallecidas o lesionadas por siniestros de tránsito.
La educación es un marco esencial que posibilita aprender. En su más amplio sentido, es la base del proceso socializador del individuo, en tanto permite su adaptación a la sociedad de la que forma parte. En este sentido, el CEVI propone revisar la cotidianeidad, reflexionando sobre los hábitos, costumbres y saberes en torno al tránsito, para llegar luego a mensajes claros en relación al funcionamiento y normas que lo regulan. Educar para preservar la vida es pensar en transmitir valores y, por tanto, la educación vial debe ser entendida como un proceso socializador.
Con esta visión metodológica, a través de la educación vial se busca internalizar valores tales como el apego a las normas, que aseguren una convivencia respetuosa, solidaria y exenta de violencia en el tránsito. Donde la vida, su preservación y la solidaridad sean los valores guía.
Las normas de tránsito, como todo el resto del ordenamiento jurídico, brindan garantías y derechos, pero también deberes y obligaciones. Toda acción en este sentido contribuye al afianzamiento y construcción de ciudadanía desde un enfoque integrador, una perspectiva de derechos y de género, procurando no reforzar estereotipos.
Materiales didácticos
Recursos y herramientas educativas
El juego como recurso educativo por excelencia en la infancia se suma a esta concepción metodológica, de diferentes formas y de acuerdo a la etapa evolutiva. Se procura que ejerciten y refuercen la coordinación psicomotriz y perfeccionamiento sensorial y perceptivo, así como su ubicación en el espacio.
El juego infantil es una actividad mental y física esencial que posibilita el desarrollo integral de niños y niñas, además de ponerse en contacto con el mundo. El juego es punto de partida para crear, conocer, investigar, descubrir y divertirse posibilitando la expresión de ilusiones y fantasías que necesitan desarrollar para convertirse en personas adultas. A través del juego, el niño controla su propio cuerpo y coordina sus movimientos, organiza su pensamiento, explora el mundo que lo rodea, controla sus sentimientos y resuelve sus problemas emocionales; en definitiva, se convierte en un ser social y aprende a ocupar un lugar dentro de su comunidad.
Puzzle
Con esta herramienta se logra por un lado conectar con sus saberes en relación con el tránsito, compuesto por vehículos y peatones, reforzando el mensaje que de él participan todas las personas. Mediante técnicas lúdicas se procura la asociación de para qué sirven los vehículos y cómo se debe viajar en ellos de forma de minimizar el riesgo de sufrir algún accidente. Se introduce, por tanto, la percepción de riesgo y/o peligro.
La identificación comienza con los ruidos propios de cada uno de los vehículos por parte de los inspectores/as, introduciendo la idea de la importancia de reconocer los sonidos en el tránsito para identificar situaciones de potencial riesgo.
En el puzzle de las señales, a través del reconocimiento de colores y su significado en el tránsito, mediante técnicas lúdicas se intenta asociarlo con las ideas de atención, peligro, información y la respuesta comportamental adecuada. Con el encastre propio del puzzle se comienza a ejercitar la identificación de formas, así como la coordinación visomotora.
Láminas
Con el semáforo hay una primera aproximación a uno de los elementos emblemáticos de la regulación del tránsito: la identificación de sus tres luces, sus colores y significado.
Se trata de pintar, dibujar, recortar y pegar, actividad que en determinadas edades generalmente resulta muy placentera. En este período de las operaciones concretas se apunta a acciones tales como: anticipación, asociación, correspondencia y reconocimiento de la simetría.
Se les deja este material como forma de tarea y que la temática se extienda en el aula y el hogar como elemento multiplicador en sus grupos de referencia.


