Ante el fallecimiento de Belela Herrera
María Bernabela Herrera Sanguinetti, conocida como Belela Herrera, nació el 2 de abril de 1927 en el barrio Prado. Su primera profesión fue como profesora de inglés.
En su larga trayectoria, se destacó su trabajo en ACNUR, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, en Argentina, México, Brasil, Perú y Chile (entre otros países), por la defensa de los derechos humanos y la salvación de vidas de compatriotas y de ciudadanos del mundo en situación de vulnerabilidad y peligro de libertad o vida.
Además, tuvo una larga permanencia en Haití como Observadora de Derechos Humanos, y estuvo como subdirectora de la Dirección de Derechos Humanos de Naciones Unidas en El Salvador, y como observadora en las primeras elecciones de la República de Sudáfrica, por mencionar algunas de sus actividades.
Durante la dictadura cívico-militar en Uruguay (1973-1985) y el despliegue del Plan Cóndor en el Cono Sur, colaboró en el rescate y el refugio de decenas de ciudadanos de la región.
En la Intendencia de Montevideo, desde 1995, fue directora de la Dirección de Cooperación y Relaciones Internacionales, donde cumplió una resaltada labor en la formación y desarrollo de Mercociudades y en la concreción de las políticas de Montevideo Ciudad Abierta.
Posteriormente, fue designada por el presidente Tabaré Vázquez como subsecretaria de Relaciones Exteriores de la República Oriental del Uruguay entre 2005 y 2010.
Herrera fue declarada Ciudadana Ilustre de Montevideo el 8 de marzo de 2012.
En 2015 recibió el Premio Internacional a los Derechos Humanos y la Solidaridad Mario Benedetti, entre muchas otras distinciones nacionales e internacionales.
La Junta Departamental de Montevideo la homenajeó en el año 2018, colocando una baldosa con su nombre en el Espacio de los Soles de la Peatonal Sarandí, por su dedicación, perseverancia, lucha y defensa de los derechos humanos.