Ante el acto de vandalismo al monumento “Abrazo de los pueblos”
El monumento simboliza la convivencia pacífica y tolerante que ha caracterizado a la sociedad uruguaya mediante el encuentro de los pueblos y busca rememorar la contribución de la colectividad judía al desarrollo cultural y social del Uruguay.
En ese sentido, exalta el papel de las colectividades inmigrantes en Montevideo como un crisol de personas con muy distintos orígenes y expresa el agradecimiento al pueblo uruguayo por recibir a todas las migraciones, en particular, a la colectividad judía que huía del Holocausto.
El Monumento fue una iniciativa de la arquitecta Charna Furman, nacida en el seno de una familia que llegó al Uruguay escapando de la persecución que sufrieron los judíos bajo el nazismo.
Como integrante de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) y militante política, Furman fue encarcelada desde octubre de 1975 hasta febrero de 1980, siendo torturada. Además del trato inhumanitario que recibían quienes sufrían la condición de presos y presas políticas, recibió insultos antisemitas y se le negaron alimentos necesarios para respetar sus restricciones dietéticas o la posibilidad de recibir literatura judía, práctica habitual que caracterizó a la Dictadura uruguaya en la represión a integrantes de esa colectividad que enfrentaron el fascismo.
El homenaje se inició hace varios años, cuando Furman, como concejal del Municipio C, propuso construir un monumento que contribuyera a la paz y fuera enclavado en un barrio emblemático para la inmigración judía de Montevideo. El monumento, inaugurado el 31 de mayo de 2024, contiene una escultura de la artista Nora Kimelman.