Solidez financiera
En ocasión de esta rendición de cuentas, además de presentar –como cada año– una clara y transparente explicación de cómo se generaron los ingresos y se aplicaron a las inversiones y gastos de acuerdo al plan presupuestal, tenemos la oportunidad de presentar a la ciudadanía una mirada de mediano plazo: estamos rindiendo cuentas de lo que hemos logrado en este período de gobierno.
Al inicio del período, el entonces Intendente y su equipo de gobierno presentaron un plan para el quinquenio basado en cuatro grandes ideas en lo referente a la gestión económico-financiera de la institución:
Realizar un shock de inversiones que transformara a Montevideo, con foco en mejorar las condiciones de vida de todos sus habitantes, potenciando su patrimonio natural y cultural.
Financiar las grandes inversiones con instrumentos financieros modernos y eficientes, que acompasaran el repago de las inversiones con la vida útil de aquellas.
Mejorar la estructura tributaria del departamento sin aumentar la presión fiscal sobre montevideanas y montevideanos, basando la mejora de ingresos en la reducción de la morosidad y la actualización de las bases de tributación.
Potenciar la planificación y gestión del gasto público para asegurar la sustentabilidad fiscal y mejorar la calidad del gasto, haciendo rendir mejor cada peso invertido. A su vez, aplicar una metodología de trabajo transversal, un enfoque de gestión por proyectos y orientado a resultados, alineando a la Intendencia a las mejores prácticas de gestión implementadas a escala global.
A lo largo de estos cuatro años la administración mantuvo estas orientaciones, logrando avanzar y cumplir cada una de las citadas líneas de trabajo.
El shock de inversiones de US$ 800 millones previstos para el período 2016-2020 (de los cuales se ejecutaron 640 millones entre 2016 y 2019) se canalizó hacia inversiones en infraestructura de alta visibilidad para la ciudadanía: calles, parques, plazas, ciclovías y en las ramblas (del Oeste, Sur y Este).
También se canalizó un gran volumen de recursos hacia otras inversiones en infraestructura “invisible”, pero que reviste un carácter fundamental para la sustentabilidad ambiental y sanitaria de la capital del país.
Tal es el caso de la ampliación de la red de saneamiento en el noroeste del departamento y el mantenimiento estructural de la red central (Red Arteaga).
Asimismo, esta administración cierra con un gran logro en materia de desarrollo del departamento y del país, gracias a la construcción de la Unidad Agroalimentaria de Montevideo.
Esta inversión no solo dota de una infraestructura adecuada para que medianos y pequeños productores hortifrutícolas se encuentren con los medianos y pequeños comerciantes, sino que construye un nuevo modelo de gestión para un mercado de alta importancia económica, asegurando estándares de calidad en la toda la cadena de alimentos destinados a residentes y turistas que se acercan a Montevideo buscando una gastronomía basada en productos naturales de alta calidad.
La estructuración y puesta en funcionamiento de dos fideicomisos financieros (Fondo Capital y Fondo Agroalimentario), que sustentaron una parte significativa de las inversiones, posibilitaron que la Intendencia recurra a este financiamiento a medida que avanzan las obras, con condiciones de repago adaptadas al objetivo de sustentabilidad: a largo plazo, en moneda local, con autonomía departamental y equilibrio fiscal.
Además, en este período se contó con un Fondo de Infraestructura Metropolitana de Montevideo (FIMM) financiado por aportes del gobierno nacional, que permitió realizar un conjunto de obras adicionales sin endeudamiento.
Es importante destacar que este shock de inversiones estuvo acompañado de resultados acumulados positivos a nivel presupuestal y una reducción del endeudamiento neto.
Los sistemas tributarios requieren actualización permanente respecto a las bases tributarias y a las herramientas (impuestos, tasas y contribuciones) en las que se basan, pero además se deben alinear a los objetivos de una política institucional.
En este período se definió la mejora en la equidad tributaria como objetivo de política y se lograron avances significativos, que permitieron aumentar la recaudación sin aumentar impuestos.
La reducción de la morosidad y el acercamiento de las bases tributarias a la realidad, sobre todo en los tributos de base territorial, generó mayores ingresos y equidad, mientras Montevideo continúa siendo el departamento de menor presión fiscal del país.
(Cuadro: incidencia de los ingresos totales de las intendencias en 2018, en el ingreso de los hogares urbanos, expresado en %. A efectos de asegurar la comparabilidad, la cifra correspondiente a Montevideo se presenta en primer lugar, excluyendo los ingresos de Tarifa de Saneamiento. La segunda cifra los incluye).
La revalorización del presupuesto como herramienta para la gestión y alineación con la estrategia, la utilización de una metodología de gestión de proyectos, la visión transversal y las mejoras logradas en materia de ingresos permitieron gestionar las finanzas de la Intendencia con resultados acumulados positivos en esta administración: casi 1.900 millones de pesos entre 2016 y 2019.
Los resultados positivos de los ejercicios 2016 a 2018 constituyeron una importante fuente de ahorro para la Intendencia, apuntalando su solidez financiera.
En ese sentido, se materializaron en reservas financieras que permitieron potenciar el plan global de inversiones y que actualmente también representan un sostén imprescindible para afrontar la crisis económica generada por la covid-19.
En el ejercicio 2019 se ha ejecutado el presupuesto autorizado por la Junta Departamental con pequeñas variaciones en ingresos, remuneraciones y gastos de funcionamiento, del entorno de 1%.
Además, gracias a la fortaleza financiera acumulada, se ejecutaron más inversiones de lo previsto (hubo un aumento de 767 millones, que significa 23% de incremento respecto a lo presupuestado).
Estas mayores inversiones se financiaron, en gran medida, con una reducción de 506 millones de pesos de los resultados acumulados entre 2016 y 2018.
En resumen, esta administración logró los objetivos trazados al inicio del período.
Las ideas se materializaron en obras y mejoras para el departamento, así como mayor fortaleza económico-financiera: reservas financieras derivadas de los resultados positivos, reducción de déficit acumulado y del endeudamiento neto de la institución.