Más de 4500 personas de la tercera edad le cantan a la vida en Montevideo
“La música es una de las mejores cosas de la vida, nos cambia el estado de ánimo y nos da energía para seguir cuando todo se vuelve cuesta arriba”. La reflexión de una de las participantes del XXX Festival de Coros de Personas Mayores que se lleva adelante en la Intendencia de Montevideo, refleja la emoción y la alegría de los más de 4500 coreutas que participan de un encuentro único que une a todo el país.
Los testimonios recogidos entre los participantes que colman la sala Azul del Palacio Municipal, para participar de este evento organizado por la Secretaría de las Personas Mayores, destacan el enorme valor que tiene para ellos poder “cantarle a la vida”.
Este año el festival tiene un atractivo especial ya que se cumple el treinta aniversario de su creación y se han inscrito 143 coros de todo el país. Algunos de los más grandes llegaron de Colonia y Paysandú con más de cien integrantes.
“La música es algo maravilloso que te transporta, te eleva espiritualmente y te hace olvidar de las cosas que te preocupan”, comenta María del Carmen Ormaechea, una coreuta de 76 años que fundó el coro de la Asociación Valenciana en Uruguay y trajo al festival canciones de su tierra. Para ella, una de las mejores cosas que deja el encuentro es poder unir voces de todo el país “como si fueran parte de un solo coro de personas mayores del Uruguay”.
El encuentro ya tiene alcance nacional y, a modo de homenaje, el Correo lanzará un sello postal por los 30 años del Festival.
Nació en La Teja
Los miembros del Club de Abuelos de la Teja no salen de su asombro por la magnitud que ha tomado esta iniciativa que nació en su barrio gracias a la idea de Néstor Cardoso y su esposa Ofelia. Ellos crearon el Club de Abuelos hace 30 años y al poco tiempo formaron un coro que comenzó a interactuar con otros semejantes que existían en los barrios de Montevideo.
“Néstor y Ofelia tuvieron la idea de invitar a otros coros a un festival que nació para unir a las personas de la tercera edad, pero poco a poco fueron sumándose más instituciones y decidieron trasladar la iniciativa a la Intendencia de Montevideo que le dio acogida y lo acompañó en su crecimiento”, recuerda Delia Dávila, actual directora del Coro de La Teja.
“Para nosotros es increíble ver cómo esa idea que nació de dos abuelos de nuestro barrio hoy es un festival con más de 140 coros y con miles de personas mayores de todo Uruguay. Ofelia cumplió cien años hace poco y pese a que ya no sale de su casa, nos llena de orgullo saber que todavía tenemos con nosotros a la creadora de un acontecimiento tan valioso para el país”, agrega.
El Festival continuará hasta el 30 de octubre en que cerrará su edición número 30 en la sala Nelly Goitiño del Sodre.
Cada jornada, los coreutas desfilan a sala repleta por el salón Azul y la emoción se siente a flor de piel en los aplausos y los gritos de aliento.
“Es hermoso estar aquí. Esto es un canto de esperanza, de convivencia y de solidaridad entre los adultos mayores de todos los departamentos de Uruguay. Estamos muy agradecidos a la Intendencia de Montevideo por abrirnos las puertas y tenernos siempre en cuenta”, comenta Ana María da Cunha, del coro Canto Libre, de Bella Italia.
Y para cerrar, deja una frase que resume el sentir de muchos de los participantes: “Es hermoso que nos tomen en cuenta, porque lamentablemente para muchos, las personas de la tercera edad pasamos inadvertidas. Por suerte, el canto nos une cada año en este grandioso festival y estamos agradecidos a la música, porque para nosotros es como un río que nos impulsa, nos activa y nos llena de vida”.
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