Cualidades de un sistema resiliente urbano
Muchos estudios han demostrado que las ciudades resilientes presentan siete cualidades:
Las personas e instituciones reflexivas utilizan sus experiencias pasadas para en el futuro tomar decisiones informadas y modifican sus estándares y comportamientos en consecuencia. Por ejemplo, los procesos de planificación que son reflexivos pueden responder mejor a las circunstancias cambiantes.
Las personas e instituciones ingeniosas son capaces de encontrar distintas maneras de utilizar recursos en tiempos de crisis a fin de cumplir con sus necesidades o de lograr sus metas.
La robustez, redundancia y flexibilidad son cualidades que ayudan a concebir sistemas y bienes que puedan soportar impactos y tensiones, así como la disposición a utilizar estrategias alternativas para facilitar una rápida recuperación.
El diseño robusto está bien concebido, construido y gestionado, e incluye provisiones para garantizar que las fallas sean predecibles, seguras y proporcionadas con respecto a la causa.
La redundancia se refiere a la capacidad adicional creada a propósito para acomodar las interrupciones debido a presiones extremas, sobrecargas en la demanda o un evento con causas externas. Incluye la diversidad en caso de que existan varias maneras de satisfacer una necesidad determinada.
La flexibilidad se refiere a la disposición y capacidad de adaptarse a estrategias alternativas en respuesta a circunstancias cambiantes o crisis repentinas. Los sistemas pueden flexibilizarse mediante la introducción de nuevas tecnologías o conocimientos, incluido el reconocimiento de las prácticas tradicionales.
Las cualidades inclusiva e integrada se relacionan con los procesos de buen gobierno y liderazgo eficaz que garantizan que las inversiones y acciones sean apropiadas, que abordan las necesidades de los grupos más vulnerables y que, en conjunto, crean una ciudad resiliente para todos.
Los procesos inclusivos enfatizan la necesidad de una consulta amplia y de tener “muchos lugares en la mesa” para lograr una visión conjunta a fin de construir resiliencia en la ciudad.
Los procesos integrados aúnan sistemas e instituciones y también pueden catalizar los beneficios adicionales a medida que los recursos se comparten y los actores pueden trabajar en conjunto para lograr objetivos más grandes. Por ejemplo, los planos integrados de una ciudad permiten el abordaje de asuntos multidisciplinarios como el cambio climático, la reducción del riesgo de desastres o la respuesta ante emergencias a través de la coordinación.
Por lo tanto, generar una estrategia de resiliencia para nuestra ciudad es una tarea necesaria que depende sustancialmente de la capacidad de articulación y transversalización entre los diferentes actores que la componen. Lograr un Montevideo resiliente es hoy uno de los objetivos estratégicos del gobierno departamental con el cual se pretende impulsar la cooperación entre los distintos organismos y niveles de gobierno, promoviendo la conciencia pública con relación al tema.