Caserío de las Filipinas
El Caserío de Filipinas fue construido por las autoridades del Montevideo Colonial hacia el año 1787, desde el órgano encargado, entre otras tareas, de impartir justicia, argumentando la necesidad de construir un depósito de mercancía “no humana” que, ante la demanda de una compañía que monopolizaba el tráfico de esclavizados desde el África subsahariana, convertía al puerto de Montevideo en la única puerta de ingreso del comercio esclavista para el Cono Sur, sin olvidar que el contrabando era una práctica corriente en la época.
El Cabildo de Montevideo, ante los reclamos de los vecinos, entendió necesario construir un espacio que "resguardara" a las personas esclavizadas, sobre todo de los pobladores del Montevideo Colonial. Por sus dimensiones, arquitectura y sus múltiples funciones el Caserío es una de las construcciones más importantes de extramuros para fines del siglo XVIII y comienzos del XIX.
En la reinauguración del parque Capurro en 2019 se colocó una placa sobre uno de los muros perimetrales que limitan al jardín de infantes, y se concluyó la primera etapa del equipo arqueológico de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación en la reconstrucción del muro y el estudio respecto a nuevas evidencias para la reconstrucción de la historia del sitio.
Dirección: Juan Maria Gutiérrez y Av. Capurro
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