Mensajes al Mume
Durante febrero y marzo, quienes visitene el Museo de la Memoria (Mume) podrán leer textos producidos por escribas.
El escriba era la persona encargada de transcribir o copiar textos antiguos, documentos secretos, inéditos o incluso prohibidos.
El oficio de escriba se materializó en las cárceles como una forma de resistencia. En este caso la forma de preservar los libros que estaban prohibidos para los presos fue copiarlos en hojillas para cigarros con letra en miniatura.
Libros enteros se copiaron en una labor titánica que requería mucho pulso, buena vista y determinación, ya que era una actividad peligrosa.
Pero también se producían escritos inéditos, que iban desde reflexiones políticas, propuestas de táctica y estrategia para enfrentar la dictadura, hasta creaciones literarias en forma de poesías, cuentos y novelas.
Los escribas producían en las horas de la noche, cuando las cárceles dormían, para lo que habían de fabricarse mecheros utilizando la grasa que se rescataba de la sopa y mechas que se trenzaban con piolas diversas.
Estos escritos miniatura se doblaban meticulosamente y se encapsulaban con nailon sellado con fuego, de modo de guardarlos en la boca, o en los intestinos. El cuerpo preservaba a esta biblioteca.
Los escritos miniatura, encapsulados, salían y entraban de las cárceles. A través del beso de despedida que las parejas se daban en las visitas, el escrito viajaba de boca a boca.
Fue una forma de resistencia en la que los escritos miniatura fueron un instrumento para el estudio, para producir pensamiento y conocimiento. Para expresar emociones. Para comunicarse entre los presas y presos, y entre estos y sus familiares, y de este modo con el resto del mundo.
En el marco de esta exposición se realizará la apertura de una urna que estuvo cerrada desde el año 2007, que contiene textos producidos por escribas que visitaron el museo hace 12 años.
La apertura de la urna se realizará el jueves 27 de febrero, a las 18 horas, en el Museo de la Memoria (Av. de las Instrucciones 1057).