40 puntos contribuyeron a lograr tasa de mortalidad vial más baja del país
A fines del año 2017, con fondos propios, la Intendencia llevó adelante el proyecto 40 intervenciones para mejorar la fluidez y seguridad del tránsito.
Consistió en instalar semáforos, canalizaciones, cierre de canteros, flechamientos e instalación de isletas de cruce peatonal.
La selección de estos puntos se realizó con base en estudios técnicos. También se dio respuesta a demandas de vecinas y vecinos de los distintos municipios de Montevideo.
Con esta iniciativa se procuró beneficiar a toda la población de Montevideo y del área metropolitana que accede diariamente a la ciudad.
Las intervenciones mejoran las condiciones de seguridad y fluidez de la circulación para quienes transitan por esos puntos: peatones, automovilistas, usuarias/os del transporte público o ciclistas.
Además, se alinearon con la propuesta de promover un sistema de movilidad eficiente, sustentable y seguro.
La inversión para este proyecto fue de 87.400 millones de pesos.
Montevideo con baja histórica de mortalidad vial
Uno de los objetivos específicos del proyecto fue reducir la siniestralidad en esos puntos, mejorando las condiciones en los más conflictivos.
Es así que la concreción de estas intervenciones contribuyó a que Montevideo alcanzara, en el año 2019, la tasa de mortalidad vial más baja de Uruguay.
Según el informe anual de 2019, elaborado por la Unidad de Siniestralidad y Lesividad Vial, en el departamento se registraron 7,3 fallecidos cada 100.000 habitantes.
Esta es la menor tasa departamental de fallecidos en siniestros de tránsito.
Además hubo un descenso de la siniestralidad, de hasta 60%, en los puntos definidos como críticos.
La “onda verde” y más de la mitad de la red semáforica centralizada
Junto a estas intervenciones se suma el monitoreo y gestión inteligente del tránsito realizada desde el Centro de Gestión de Movilidad (CGM), puesto en marcha en el año 2016.
Desde allí se gestionan 508 cruces y 735 intersecciones semaforizadas, lo que significa que 69% de la red semafórica está centralizada.
De esta forma, la Intendencia logró mejorar los tiempos de circulación en la ciudad, con reducción de la velocidad de desplazamiento.
También esta gestión del tránsito repercutió en la baja de siniestralidad vial.
Para los semáforos controlados desde el CGM se definen tramos en los que es igual la duración del ciclo de los cruces (cambio total de la suma de todas las luces verdes, amarillas y rojas), lo que permite coordinarlos y generar lo que se denomina “ondas verdes”.
Los sentidos y velocidades de coordinación se definen en función del volumen de tránsito circulante –que depende de la hora del día–, así como de los límites de velocidad establecidos en los tramos en cuestión.
El objetivo siempre es que la circulación sea lo más fluida posible, reduciendo el número de detenciones y manteniendo las velocidades dentro de los límites legales definidos.
Por lo que si quien conduce pretende seguir la “onda verde”, en ningún caso puede hacerlo si circula con exceso de velocidad.